Con el objetivo de acercarnos al tema del año del Programa EXPLORA CONICYT, “Vida, Ciencia y Tecnología”, cada mes entrevistaremos a un científico o científica regional cuyo trabajo investigativo se vincule al área de la salud o las comunicaciones.
Para comenzar esta travesía por la ciencia, que nos llevará a diferentes aportes de investigadores e investigadoras locales, conversamos con el Coordinador del Proyecto EXPLORA CONICYT Región de La Araucanía, Dr. Jorge Farías Avendaño.
Este académico de la Universidad de La Frontera estudió la carrera de Bioquímica en la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso y luego realizó un magíster en Comercio Internacional, con el propósito de unificar la investigación científica e innovadoras iniciativas de mercado. Posteriormente, se adjudica una beca CONICYT para realizar un Doctorado en Biotecnología.
A continuación, te invitamos a conocer más sobre su trabajo en el ámbito de la biotecnología y su visión del desarrollo científico en el país.
¿Cómo se gesta el gusto por el ámbito científico en tu vida?
Desde niño era curioso, inquieto, siempre preguntaba buscando descubrir nuevas cosas, incluso era algo molestoso (ríe). Pero gracias a una profesora de biología nace mi interés por la bioquímica. Recuerdo que ella me llevaba información y en eso encontré una entrevista a un premio nacional, donde se refería a la bioquímica vinculada a la biotecnología. En ese momento decidí estudiar bioquímica; luego hice un doctorado en biotecnología.
¿Qué te lleva a especializarte en biotecnología?
Mi gusto por aunar la ciencia, la tecnología y los negocios. Creo que es necesario transferir el conocimiento científico que generamos. En el fondo se trata de generar impacto en la sociedad a través de la unión de la biomedicina con la biotecnología.
¿En qué área has trabajado específicamente?
La línea que hemos desarrollado apunta a encontrar biomarcadores que pueden servir para detectar enfermedades en forma temprana. Profundizamos en lo que es la hipoxia, donde al bajar el nivel de oxígeno se genera el estrés oxidativo, el que a su vez causa patologías y efectos adversos en seres humanos, como por ejemplo: infertilidad, cáncer, envejecimiento etc. He estado trabajando aproximadamente 14 años y la verdad es que ha sido muy motivante. Pero, actualmente, también estamos trabajando en otra línea de investigación.
¿En qué consiste?
Es una investigación que estamos llevando a cabo con el Dr. Alberto Pezoa de la Universidad de Sao Paulo y consiste en atrapar todas las LDL oxidadas, lipoproteínas que causan la ateroesclerosis. La idea es poder tratar a las personas y también generar kit de detención temprana, que permitan conocer si una persona tiene riesgo de padecer esta enfermedad.
¿Qué características tiene el equipo de trabajo que está detrás de esta investigación?
En este tipo de tecnología confluyen varias áreas del conocimiento: la biología celular, biología molecular, ingeniería genética, ingeniería fermentación, nanotecnología, entre otros. Estamos hablando de un grupo multidisciplinario, compuesto por un grupo italiano, tres grupos brasileños y nuestro grupo chileno. Por lo tanto, se trata de un proyecto en el que hay alrededor de doce científicos, cada uno con distinta mirada, lo que es muy enriquecedor, porque uno va aprendiendo de otras capacidades. Con este mismo equipo, recientemente nos adjudicamos un nuevo proyecto, el que busca producir una enzima para el tratamiento de la leucemia.
Un gran desafío…
Efectivamente. Es un proyecto de cinco años que busca producir una enzima que no tiene efectos secundarios. Ésta se aisló de un hongo del Amazonas, el grupo de Brasil la clonó y la idea es producirla, con el fin de generar una droga para el tratamiento de esta enfermedad.
A partir de tu experiencia con Brasil y otros países, ¿cómo ves el desarrollo científico en Chile?
Yo soy bien crítico respecto a este tema. El ejemplo más cercano es Brasil, donde hay una inversión anual en investigación que fácilmente puede ser unas 20 o 25 veces mayor que la que existe en nuestro país. Esto les ha permitido situarse como una potencia en esta área. En Chile tenemos un financiamiento muy bajo en ciencia y tecnología, hay pocas becas de doctorado, los concursos son anuales, por lo que una idea innovadora puede perderse en el tiempo, entonces uno nota que, en este sentido, el país se quedó atrás.
¿A qué crees que se debe esto?
A la inexistencia de una política de estado que ponga en el centro la inversión en investigación. En nuestro país siempre se habla de ‘gasto en la educación’, ‘gasto en investigación’, no se habla de inversión.
¿Y qué se puede hacer al respecto?
Creo que hoy en día este tema está en la discusión, lo que es bueno, porque indica que hay una preocupación en posicionar el ámbito científico. Pero lo primero que hay que hacer es incrementar la inversión, porque uno no puede decir ‘voy a hacer ciencia’ con pocos recursos. Con una política pública que permita avanzar en este sentido, podremos caminar también hacia una cultura científica; de esta forma tendremos más estudiantes talentosos que opten por hacer ciencia. Sólo así podremos ser un país desarrollado.
En esto de instalar la ciencia como un pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad, ¿cuál es el rol que cumple EXPLORA, a tu juicio?
El rol que cumple es espectacular, porque va a abriendo nuevos caminos a niños y niñas, y les brinda la posibilidad de ver que hay otras formar de descubrir. Cuando un científico llega a un establecimiento permite que los estudiantes se acerquen al quehacer científico y vean que lo que están estudiando es importante. La labor de EXPLORA en la divulgación de la ciencia y la tecnología posibilita que surjan nuevas motivaciones científicas en distintas líneas de investigación y eso es fundamental en nuestra sociedad.
En este sentido, ¿cuál es tu llamado a la comunidad regional, sobre todo a académicos, universitarios y profesores?
El llamado es a motivarse a participar. A los académicos, por ejemplo, EXPLORA les permite difundir sus investigaciones y cautivar a potenciales futuros integrantes de sus grupos de investigación; a los estudiantes universitarios les ayuda a llevar este lenguaje de lo complejo a lo simple, lo que es muy importante sobre todo si pensamos que comunicar la importancia de la ciencia pasa, en gran medida, por manejar un lenguaje entendible y cercano; y a los profesores de todas las comunas les otorga herramientas educativas para mejorar su labor en las aulas.
Periodista: Carolina Nahuelpi Álvarez.